Era de esperar. Cuando algo tiene éxito en algún ámbito, no pasa demasiado tiempo hasta que aparecen sucedáneos, infra-imitaciones y otras opciones que, adueñándose ilegítimamente de la denominación de origen se presentan en el mercado como la alternativa.

Esto es especialmente grave cuando se aplica al ámbito de la medicina, ya que más allá del aspecto económico (que en raras ocasiones realmente lo es), hablamos de lo que con seguridad es lo más importante y fundamental en nuestras vidas; la salud.

Por eso queremos hacer un llamamiento informativo y una concienciación dirigida a aquellos pacientes que estén valorando recibir Tratamiento con Oxígeno Hiperbárico con el fin de evitar que reciban tratamientos carentes de efectividad, contraproducentes e incluso peligrosos.

La Medicina Hiperbárica es una especialidad terapéutica qué consiste en respirar oxígeno puro, durante un espacio de tiempo a partir de 60 minutos y a una presión atmosférica superior a 1,4 atmósferas (aunque todos los tratamientos prescritos superan las 1,5 atmósferas).

Lo que se consigue con esto es que el oxígeno se disuelva en el plasma sanguíneo en una cantidad muy superior a lo habitual (hasta 22 veces más), lo que permite hiperoxigenar todos los tejidos, acelerar el proceso de curación, desinflamación y cicatrización de los mismos, y estimular la creación de nuevos capilares sanguíneos entre muchos otros beneficios.

Aunque a priori el concepto es sencillo, es necesario que detrás haya una tecnología precisa y una experiencia solvente a la hora de administrar los tratamientos para garantizar su efectividad, seguridad, y que en definitiva sean realmente tratamientos de Medicina Hiperbárica.

Además de contar con una experiencia solvente a la hora de administrar los tratamientos que garantice efectividad y seguridad, para que los tratamientos sean realmente de Medicina Hiperbárica, la tecnología utilizada debe permitir:

Administrar Oxigeno puro 100% durante todo el tiempo que dure la sesión (a partir de 60 minutos de isopresión). Para ello la cámara hiperbárica no debe ser estanca ni tampoco realizar ventilaciones parciales, si no tener un flujo continuo de entrada y salida de oxígeno que garantice el 100% de oxígeno durante toda la sesión.
Que la cámara sea capaz de sobrepasar con solvencia la presión de 1,5 ATA´s (atmosferas).
Al margen de esto, elegir para recibir el tratamiento un entorno hospitalario en el que se apliquen los protocolos de seguridad y en el que se pueda tener acceso a los diferentes especialistas con facilidad e inmediatez, es un plus que sin duda hará que el tratamiento sea más efectivo, seguro y aporte una experiencia mucho más agradable al paciente.

En las Unidades de Medicina Hiperbárica de Sanitas cuentan con más de 12 de experiencia y han administrado más de 20000 tratamientos con éxito, motivo por el cual cada día son más las especialidades médicas que se suman a prescribir a sus pacientes tratamientos con oxígeno hiperbárico.